El banco Fassil tenía un descontrolado apetito de riesgo, de larga data, que pudo haber sido detectado oportunamente por la supervisión, según un ejercicio de aplicación de Inteligencia Artificial a la información financiera pública disponible sobre dicho banco.

El ejercicio confirmó el diagnóstico inicial de una evaluación realizada con herramientas tradicionales de análisis financiero, que establecía que Fassil arrastraba elevados riesgos de solvencia, liquidez, administración de cartera y rentabilidad.
El trabajo corresponde a la Consultora Intelectual Capital SRL. MicrofinBolivia, especializada en entidades financieras, cuyo asesor, Marcelo Rodríguez, catedrático de la Universidad Católica Boliviana,lo elaboró para promover entre sus alumnos la aplicación de nuevas tecnologías. El estudio fue presentado en un webinar organizado por la UCB.
Nosotros veníamos monitoreando la información financiera pública de los distintos bancos y nos llamó la atención la situación del banco Fassil. Tomamos como base los estados financieros públicos emitidos por ASFI hasta el 31 de diciembre de 2021 y ya establecimos que había antecedentes de riesgo”, relató Rodríguez a Nueva Economía.
Con herramientas tradicionales de análisis financiero se estableció que Fassil presentaba un grado de capitalización insuficiente, que su patrimonio no guardaba relación con el volumen de activos que gestionaba y que la liquidez era insuficiente para la cantidad de dinero que tenía en obligaciones con el público. Era el tercer banco más grande en colocaciones, pero el séptimo en cuanto a patrimonio, detalló el entrevistado.
Después, se hizo el mismo ejercicio con la información pública disponible para la gestión 2022 y el análisis ratificó el diagnóstico inicial.
Luego se decidió complementar el análisis recurriendo a la Inteligencia Artificial, el ChatGPT. Para esto, se cargó a dicha herramienta la información financiera que periódicamente publica ASFI y se generó una serie de “prompts”, preguntas específicas elaboradas con una técnica particular de redacción para obtener respuestas puntuales.
Se le pidió a la IA que desempeñara varios roles. Que opinara como un profesor experto en análisis e interpretación de estados financieros de entidades financieras; como un consultorprofesional, experto de una empresa calificadora de riesgos; como un profesional especializado en empresas en crisis, predicción y estudio de quiebras de entidades financieras; como un profesional experto en análisis, minería de datos y detección de fraude; y como un profesional experto en regulación de entidades financieras. Era como consultar a cinco distintos expertos.
«En todos los escenarios, lo que la Inteligencia Artificial responde es que hay un componente crítico de solvencia, que hay problemas con la liquidez, baja rentabilidad y un crecimiento de la cartera reestructurada», dice Rodríguez. A la mayoría de los indicadores, la IA le asignó un alto riesgo, por lo que le otorgó a Fassil la calificación más baja: «C». Con los datos a diciembre de 2022, la herramienta estableció un 75% de probabilidad de quiebra y de disolución.
Este escenario se agravó tras la información, conocida después de su intervención, referida a que el banco tenía una exposición significativa a créditos vinculados, lo que aumentaba su vulnerabilidad. Rodríguez dijo que los resultados mencionados fueron obtenidos sobre la base de la información pública contenida en el sitio web de ASFI, accesible a cualquier persona. «No tuvimos acceso a información específica (privilegiada)», precisó.
La IA estableció que, con la información financiera pública disponible antes de su intervención, los problemas del banco Fassil pudieron haber sido oportunamente detectados por la regulación.
La herramienta formula varias recomendaciones: transparencia en la información, que los bancos tengan sistemas robustos de gestión de riesgos, que los reguladores hagan una supervisión cercana y tomen las medidas correctivas oportunas y no cuando las entidades están en situación crítica, y que los bancos tengan una cultura organizacional que promueva la integridad, la responsabilidad y la prudencia.